Hasta la llegada del tren, Lhasa recibía a 1.400 turistas diarios. Ahora son una media de 6000. Este significativo incremento, que seguro irá en aumento en los próximos meses, está poniendo en peligro esta maravilla de 1300 años de antigüedad. Actualmente para protegerlo se restringe la entrada a unos 2.300 turistas diarios(1600 entradas para grupos organizados y el resto para visitantes que van por su cuenta). También se están planteando crear una web para poder hacer las reservas online y no tener que hacer largas colas para adquirir la entrada.
Las autoridades turísticas locales esperan recibir entre tres y cuatro millones de visitantes este año, cuando la población actual de Tíbet de 2.7 millones.
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