domingo, 29 de abril de 2007

Irán, al otro lado de la noticia

Pese a todo lo que está sucediendo entre occidente e Irán, sobretodo en estos comienzos de 2007, todavía hay viajeros que quieren conocer este maravilloso y sorprendente país. Es el caso de nuestros amigos Pilar y Ricardo que han disfrutado allí unos días.
Nos lo cuentan en esta interesante Crónica Viajera...
Decidimos nuestro viaje a Irán, a pesar de los informativos, porque ciudades como Persépolis permanecían en nuestra memoria histórica desde la infancia. También amigos que antes habían visitado el país hablaban de su cultura y de la hospitalidad de sus habitantes. Todo ello nos hizo vencer las tensiones políticas existentes entre los gobiernos, y preparar el equipaje.
El itinerario de nuestro viaje va a ser en primer lugar, Teherán, su capital. Al día siguiente partiremos para Yazd, ciudad puerta del desierto. Proseguiremos viaje hacia Schiraz, cuna de grandes poetas iraníes como Hafez o Sadi. Luego partiremos hacia Isfahan, maravilla de las maravillas, escena de los cuentos de las mil y una noches. La ciudad de Kashan será nuestro próximo destino, y desde ahí a la ciudad sagrada de Qom, centro de peregrinación para los iraníes y cuna de nacimiento del ayatollah Ruhollah Jomeini, líder político- espiritual de la revolución de 1.979. Y desde allí regresaremos a Teherán, ya con el pensamiento en el regreso.
Nuestro viaje se ve condicionado con la celebración en Irán del Now Ruz, año nuevo persa, que dura trece días durante los cuales miles de iraníes tienen vacaciones y las disfrutan viajando dentro de su país a las diferentes ciudades y centros de peregrinación, a la vez que visitan a familiares y amigos. Esto conlleva que nuestras visitas por el país estén siempre rodeadas de familias iraníes que, como nosotros, son turistas en Irán.
Uno de los problemas que se nos presentan en este país es el del idioma. La lengua hablada en él es el Farsi, distinta al árabe pero con igual albafeto y numeración que éste. Esto unido al escaso conocimiento del inglés que tienen sus habitantes, hace que sea mas dificultoso que en
otros países el entendimiento.
Para ir a cualquier sitio, si es por medio de taxi, debemos de enseñarle la foto del lugar al taxista, o en su defecto escrito su nombre en farsi que previamente en la recepción del hotel (donde casi siempre saben inglés), nos lo han escrito a petición nuestra. Para coger un autobús igualmente el número de los andenes está escrito en números persas, también por lo tanto hay que familiarizarse con ellos antes de iniciar el viaje.
Tanto los taxis como los autobuses son muy económicos. Trayectos de siete horas, como el que realizamos de Yazd a Shiraz podían venir a costar el equivalente a tres euros. Los autobuses son bastante buenos, siempre hay que elegir los de la marca Volvo, frente a los Mercedes, porque por una diferencia de un euro, los primeros son mucho mejores. Son cómodos, y te obsequian con zumo y galletas para el trayecto. También los viajes nocturnos tienen estas características, con una parada durante el trayecto. Si coges un coche particular, verás que igualmente no sube mucho de precio, porque nosotros hicimos el viaje desde la ciudad de Qom a Teherán (dos horas aproximadas) por 90.000 riales,
que equivale a 7,5 euros las dos personas.
Los vuelos internos están asimismo muy bien de precio. Nosotros cogimos un avión para ir de Teherán a Yazd, una hora de trayecto, por veinte euros. Un chollo. Una curiosidad es que en los aeropuertos existen dos entradas diferentes, una para mujeres y otra para hombres.
Igualmente para acceder a las puertas de embarque. El cacheo en cambio es igual para ambos sexos.
La estancia en IRÁN es igualmente bastante económica. Respecto a la comida, a pesar de que es bastante repetitiva (arroz, kebab de pollo, de cordero, y poco más...) es barata. De tres a seis euros puede oscilar una comida. Si ésta es rápida a base de bocadillo de kebad, o pizza sobre euro y medio a dos euros. El alojamiento ya sube un poco más, y puede oscilar entre 20 a 40 euros la habitación doble con baño, dependiendo de la categoría del establecimiento.
La gente es muy amable con el visitante. Al decir "España" como país de origen, una amplia sonrisa se dibujaba siempre en sus caras. Y siempre intentaban ayudarte. La hospitalidad fue pues nota común en nuestro viaje. Sobre su sistema político, también hubo alguna que otra insinuación, por ejemplo, al salir de una mezquita nos hicieron una interviú para una grabación suponemos que doméstica, e insistieron en que habláramos bien del país a nuestros amigos, puesto que no venía mucho turismo debido a la situación política. Un chico joven también nos dijo en inglés que qué suerte teníamos de vivir en un país libre y que muchos iraníes desearían vivir en España. La disidencia evidentemente existe, aunque de manera solapada, al menos para los ojos del visitante.
La prohibición es un hecho en IRÁN, tanto en cuanto a la vestimenta de la mujer como en su situación dentro de la sociedad (aunque ellos intentan hacer ver lo contrario de cara al exterior), como en todo orden de cosas. Sin embargo nos comentan que dentro de las casas particulares, en sus reuniones que son muy habituales, es donde los iraníes se muestran tal como son. Allí es donde ellos expresan sus opiniones, las mujeres lucen sus mejores galas, se oye la música prohibida, e incluso el alcohol no tiene ojos vigilantes.
De las ciudades que visitamos destacaría ISFAHAN.
Isfahan es la perla de nuestro viaje, es una opinión generalizada y no nos defrauda. En ella tenemos magníficas mezquitas y palacios que forman parte desde el año 1.979 del catálogo de Bienes Culturales de la UNESCO. Toda la plaza está porticada con arcos ojivales, debajo de los que se hallan las tiendas de artículos de artesanía, textiles y miniaturas, así como en los pasillos interiores que rodean la plaza están los distintos bazares de la ciudad.
Si vas a Isfahan, llénate del aire primaveral de la Plaza del Imán, contempla su vida, sus mezquitas, a la gente diseminada por el césped desde lo alto del Palacio Ali Qapu, donde el antiguo Sha de Persia contemplaba los partidos de polo que allí se celebraban. Y no olvides tomarte un té acanelado desde la atalaya que proporciona una de las mejores teterías de la ciudad, en el primer piso de la plaza cerca de la puerta Qasarieh que da entrada al bazar. Allí, saboreando el humeante té, pienso en el antiguo imperio persa, en sus sucesivas dinastías, en su arquitectura recubierta de los más bellos azulejos, en las mezquitas del Imán y la de Lotfollah, las más hermosas del Islam ...
También la ciudad de Persépolis cerca de Shiraz es visita obligada. Para ello alquilamos un coche con chófer pues se encuentra a 53 Km de la ciudad. Persépolis significa "Ciudad de Persia", y fue construida en el año 518 a.d.C por Darío I, y destruida e incendiada por las tropas de Alejandro Magno en el año 331 a.d.C. En el periodo comprendido entre su fundación y su destrucción, los monarcas Jerjes y Artajerjes dedicaron grandes esfuerzos en ampliar y magnificar la obra iniciada por Darío I.
El emplazamiento de esta ciudad, en una llanura protegida por el monte de la misericordia, no resultaba demasiado apropiado para la seguridad de sus habitantes por no ser el mas adecuado en caso de asedio. Sin embargo, los reyes aqueménidas estaban convencidos de su superioridad política y militar, y no se consideraban amenazados por ningún enemigo. Por ello eligieron este lugar, por estar cerca de un río y rodeado de bosques, lo que era ideal para una vida placentera. La riqueza que se acumuló esta ciudad era incalculable según Plutarco. Y Alejandro Magno necesitó 500 camellos y 100 asnos para llevarse los tesoros guardados allí incluida la biblioteca.
Hoy a través de esta ruinas muy bien conservadas, vemos la Puerta de las Naciones, desde donde eran distribuidos los visitantes que llegaban a la ciudad. Tiene tres puertas, y en la primera se erigen dos grandes toros que rivalizan con los de la puerta este que tienen cabeza humana y alas de pájaro. A continuación se encuentra ubicada la Apadana que fue el salón de recepciones de Darío I que podía albergar a 10.000 personas. Durante las fiestas de equinoccio de primavera los monarcas de los estados vasallos se reunían para ofrecer su tributo anual al rey de reyes aqueménida.
Tras la reciente noticia habida en IRÁN de poner en funcionamiento la llamada campaña del "mal velo", consistente en incrementar la vigilancia respecto de la vestimenta de la mujer, por parte de los guardianes de la revolución e incluso del ejército (lo que haga falta), tengo que hacer notar que ya en el viaje de ida, y antes de aterrizar en el aeropuerto internacional de Teherán, el piloto nos recordó que el reglamento islámico obliga a la mujer a cubrirse cabeza y cuello con el hiyab o pañuelo. Por lo que todas las mujeres de aquel vuelo procedimos a cubrirnos, y así hasta el viaje de vuelta. Solamente en la habitación del hotel podía descubrirme y estar a mi libre albedrío.
Lo curioso fue que en el vuelo de vuelta, de la compañía Alitalia, todos los velos cayeron excepto el de una joven iraní. Todas sus compatriotas al igual que las occidentales, se transformaron. Ya no solo quitándose el pañuelo, sino que las gabardinas también fueron cambiadas por camisetas con o sin tirantes. ¿Devoción o imposición? Sirva para la reflexión.

A pesar de todo el viaje es muy interesante, y la antigua Persia nos espera a todos.

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