La semana pasada, concretamente entre los días 3 y 6 de mayo, tuvo lugar la festividad anual más importante del legendario Reino de Mustang en el norte de Nepal: el Festival Tiji.
El festival de Tiji es un ritual de tres días también conocido como “la persecución de los demonios”. La mitología tibetana hace referencia a una deidad llamada Dorje Jono que debe luchar contra el demonio de su padre para salvar al Reino del Mustang de la desaparición. El demonio causó estragos trayendo la sequía ya que Mustang es un país muy seco y el agua es un bien muy preciado. Esta escasez de lluvias provocó la falta de cosechas y la muerte de muchos animales por no tener donde pastar. Dorje Jono consigue batir al demonio y desterrarlo temporalmente de la tierra. El Festival Tiji celebra y reafirma este mito escenificándolo con danzas y bailes. La fecha de su celebración se hace coincidir con el final del invierno y de la estación seca y el inicio de la estación de lluvias y de los monzones, que aunque más flojos que en el resto de los Himalayas, supone la época de crecimiento de las cosechas.
Cientos de hombre, mujeres y niños participan en esta fiesta. Llevan elaborados vestidos y ellas se adornan con collares y brazaletes de planta, coral y turquesas.
El festival de Tiji es un ritual de tres días también conocido como “la persecución de los demonios”. La mitología tibetana hace referencia a una deidad llamada Dorje Jono que debe luchar contra el demonio de su padre para salvar al Reino del Mustang de la desaparición. El demonio causó estragos trayendo la sequía ya que Mustang es un país muy seco y el agua es un bien muy preciado. Esta escasez de lluvias provocó la falta de cosechas y la muerte de muchos animales por no tener donde pastar. Dorje Jono consigue batir al demonio y desterrarlo temporalmente de la tierra. El Festival Tiji celebra y reafirma este mito escenificándolo con danzas y bailes. La fecha de su celebración se hace coincidir con el final del invierno y de la estación seca y el inicio de la estación de lluvias y de los monzones, que aunque más flojos que en el resto de los Himalayas, supone la época de crecimiento de las cosechas.
Cientos de hombre, mujeres y niños participan en esta fiesta. Llevan elaborados vestidos y ellas se adornan con collares y brazaletes de planta, coral y turquesas.
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